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Cuestiones prácticas del marketing olfativo

Cartier comenzó la primera campaña de marketing olfativo en 1931, en ​​un momento en que había muy pocas opciones disponibles. Los pulverizadores de perfume (botellas de perfume con atomizador) existían desde finales de 1800, por lo que el personal iba pulverizando manualmente por toda la tienda. Como extraño que pueda parecer, en ocasiones se sigue utilizando el mismo sistema en la actualidad. La cadena Shanghai Tang lo sigue haciendo en todas sus tiendas; sin duda requiere un esfuerzo significativo, y es una carga adicional para los trabajadores, pero sin lugar a dudas tiene un conjunto de ventajas: – Si la marca vende la misma fragancia, no tiene prácticamente costo alguno. Sin embargo, en otros segmentos de mercado la falta de recursos humanos, los riesgos de derrames, a menudo eclipsan estas ventajas. En otras palabras, en la mayoría de los hoteles y comercios al por menor, la pulverización manual presenta demasiados problemas para ser una opción eficiente. La otra opción es instalar un dispositivo que succiona la fragancia y la dosifica en los conductos de aire acondicionado de forma automática. Esto tiene los inconvenientes que no siempre la máquina de aire acondicionado tiene fácil acceso para la reposición periódica de la fragancia, y es necesario realizarlo por personal mínimamente cualificado, ya que el dispositivo requiere operaciones adicionales.

Actualmente ya existen empresas de marketing olfativo como E-sensorial que disponen de ambientadores profesionales para tiendas automáticos que dispersan el aroma de forma segura. Solamente es necesaria una revisión del nivel de aroma en el aparato y su reposición, por parte del personal de tienda. Operación que se realiza en un minuto. Actualmente la última tecnología en aromatización son los sistemas por nebulización. Mediante una tecnología de pulverización de micro gotas de aroma en el aire, invisible y nada invasiva, el aroma se dispersa en el aire en estancias de 200-300 m2 con unos costes que oscilan alrededor de 50-100€/mes dependiendo de la superficie del local. Hay otros sistemas algo menos novedosos, que consisten en forzar la evaporación de la fragancia mediante una turbina. Estos sistemas son muy apropiados para espacios más pequeños hasta 100m2.

Por lo tanto, ya no es necesario tener entretenido al personal de tienda con un pulverizador en mano dando paseos por la tienda, con el riesgo añadido de derrames en el suelo, ó en los productos que se comercializan en la tienda, ni disponer de complejos dispositivos en el aire acondicionado.